Siento como si en el lugar del otro me posase,
Se me cae el alma de dolor al suelo y me la pisotean sin compasión,
Un nudo en la garganta que no me deja articular palabra,
Una decepción, otro miedo, otro dolor en mi cuerpo.
En un segundo inesperado,
Cuando todo empezaba a marchar como siempre,
Grietas de dolor vuelven a aparecer,
¿Por qué tanto sufrimiento? ¿Para qué tanto castigo?
Se me cae el alma de dolor al suelo y me la pisotean sin compasión,
Un nudo en la garganta que no me deja articular palabra,
Una decepción, otro miedo, otro dolor en mi cuerpo.
En un segundo inesperado,
Cuando todo empezaba a marchar como siempre,
Grietas de dolor vuelven a aparecer,
¿Por qué tanto sufrimiento? ¿Para qué tanto castigo?
Amigo mío, es ahora y más que nunca cuando la fortaleza debe ser tu escudo. Cuando debes mirar a la esperanza con fuerza. Cuando debes mostrar tranquilidad a aquella que sufre. Qué fácil es decirlo y que imposible ponerse en la situación…
Desde aquí te mando fuerzas, en más de una ocasión las habéis demostrado a todos. Ánimo, que supongo que no es suficiente. Paciencia, que es lo que nos falta a todos en momentos así, y mucho cariño de una persona que te quiere y que quiere darte un abrazo.
Impotencia, esa es la palabra que todos sentimos. El no poder hacer nada. Solo pedirle a Dios que os ayude, porque nadie se merece tanto dolor y a veces parece que éste está un poco mal repartido.
Un abrazo amigo. Se te quiere*