viernes, 25 de junio de 2010

Ascenso Complicado

Ascendí progresivamente como si de un campo plano se tratase, olvidando la percepción del tiempo y del espacio y también la posición de aquellos que atrás iban quedando. Es la montaña de la vida, de las relaciones humanas, de un todo que evoluciona hasta la destrucción de uno mismo.

Cuanta más altura adquieres, peor será la caída y veo las piedras agrietándose entre las sombras, ya empieza a anochecer. La tierra se deshace entre mis manos sin poder hacer nada, vaticino lo peor, esa caída a la nada desde donde partes construyendo de nuevo.

Pensé que mi ascenso estaba bien asegurado, con cuerdas que ataban mi cintura a la montaña. Olvidé que no todos tenemos esa seguridad, y que si cae el de atrás me lleva consigo. Quién iba imaginar que despertaría del sueño, de esa utopía donde estaba acostumbrado a estar.

Ya decía yo que era todo muy bonito, aunque solo desde el punto de vista de un niño vaho. Me ofuscaba al ver que no todos sentían como yo o tenían esa necesidad transitoria, y es que nada es para siempre, y todo se va deteriorando con el paso del tiempo.

Aún así confío en que la cima está cerca, que un desliz en el espacio no significa una caída inmediata, y que volver a ascender es quizá nuestro camino, no todo podía ser sencillo. Ahora vislumbro la montaña con nuevos ojos, miro el tiempo como un ser finito, el que nos marca las pautas para ascender o caer a la nada.

El destino es quizá el director de nuestra vida y el tiempo... el ser que nos maneja.

1 comentario:

  1. No te entiendo, me gustaría que hablasemos, si quieres. Me quedaría más tranquila si sé que es un desliz y no un problema.
    Un abrazo Niño Vaho, cuenta conmigo.

    ResponderEliminar