miércoles, 28 de enero de 2009

Una de esas Visitas...

Te visitó como quién visita al médico, con respeto, impaciente por salir, quizá con miedo, por lo que puedas decirle o por lo que pueda pasar… Nada le recordaba a lo que un día fue aquel lugar, con el cambio que llevaste a cabo en tu vida, también hubo cambios de mobiliario, quizá la antigua disposición te recordaba demasiado a tu familia, aquella a la que un día tú decidiste dejar atrás. Miraba las fotos, aparecían nuevas caras que ni siquiera conocía y a las que desgraciadamente tuvo que conocer. Eran intrusos o por lo menos así los consideraba, aunque también pensaba que era gente lista intentando buscarse una vida mejor a tu costa. Su falsa amabilidad, o tal vez cierta, pronto cautivó a tus padres y hermanos, ciegos estos, que preferían ver culpables fuera de sus dominios, y viviendo una realidad totalmente opuesta a la verdad. Aún siguen igual, prefieren apartar el tema, total, quien sufre no son ellos, y ¿Para qué van a mirar por los demás?
Que triste es pensar que la relación se fundamente en el dinero, un tráfico de míseros billetes que tan solo duran lo que dura el mes, y todo ello para fingir ser, algo que hace tiempo dejaste de ser: un padre.
Sonríes cuando le ves, él no es capaz ni de mirarte a la cara cuando te habla porque no le das confianza, la perdió cuando el tiempo le enseñó lo que eres capaz de hacer…
Te cuenta una milésima parte de su vida, haciéndote creer que no te necesita, que todo le va bien, que nunca sufre, que es feliz sin padre…
Es duro darse cuenta cómo en apenas pocos años puede cambiar tu vida por acciones que otros llevan a cabo sin pensar. Me paro a veces a pensar el porqué y el qué te llevo a hacer lo que hiciste, no lo entiendo…
Desde bien pequeño me admiraba de todo lo que habías conseguido en la vida, una maravillosa esposa, tus hijos, tus casas, tu patrimonio en general era magnífico, debías de sentirte privilegiado por todo lo que tenias alrededor. Desde bien pequeño veía que me dabas todos los caprichos faltándote lo fundamental: el cariño.
Y con el tiempo pude ver que no eras tan ideal como mi mente de niño inocente me hizo pensar, tiraste tu vida, tus años sin mirar atrás. Siempre sabré que te arrepentirás, si no lo has hecho ya. No solo perdiste aquello de lo que te querías deshacer, sino todo lo que ello implica, y poco a poco nos pierdes a nosotros, sin darte cuenta…
Se despidió como quien despide al médico, con respeto, impaciente por salir, quizá con miedo, por lo que aún puedas decirle o por lo que aún pueda pasar…

1 comentario:

  1. y mientras que el visitante se marchaba, el niño pensaba...
    Y pronto descubrió que era en realidad un ángel. Y que aunque aún estaba en su burbuja, pronto saldría.
    Y diría todo lo que tuviese que decir.
    Y haría todo lo que tuviese que hacer.
    Y protegería a su familia. A lo que queda de ella. Por que ese hombre destrozó lo que una vez tuvo.
    Pero eso le ayudó al niño a comprender lo que no debía hacer...
    Y con ayuda de un mendigo, o quizás un príncipe, salió de su burbuja; y subió al cielo.
    Y no tuvo rencor, ni recelo. Sino compasión...

    Perdóname por haberme atrevido a seguir tu historia...
    Me apetecía escribir en ella...
    Un abrazo.....:)

    ResponderEliminar