jueves, 5 de marzo de 2009

Vida de locos...

Dime tú si merezco tal regalo…

Fue una mañana complicada, de nervios, de prisas, de espera, de no saber en qué medida aquella decisión podría afectarme, y deseando por supuesto que su respuesta fuese positiva.Cuando comenzamos la clase preparatoria al examen final, llovía a cántaros, aprendiéndome en segundos a manejar los limpiaparabrisas, aprendiendo a evitar que se te empañen los cristales. Todo estaba previsto, decidido, y convencido de que era mi día, mi momento, tenía que aprobar.
Las previsiones dispuestas por mi profesora eran satisfactorias, todo marchaba bien, ya se había puesto el sol. Una vez en el lugar del examen, una compañera decidió ser la primera, entramos entonces todos en el coche. Yo en el asiento trasero derecho, al lado del encantador pero cabrón hombre examinador, vi como la chica se saltó un semáforo haciendo el stop: falta eliminatoria.La chica me dio pena, sabía conducir, los nervios le jugaron una mala faena.
Era mi turno, estaba decidido a mejorar la actuación de mi compañera, con muchas ganas de demostrar lo que sé y queriendo convencer a ese encantador pero cabrón señor. Todo iba sobre ruedas, creí no cometer ninguna falta, aunque alguna me apuntó (leves) de la caja de cambios. Fue en un stop, maldito stop, cuando al hacer la doble detención estaba pasando un coche y asusté a este, cometí el mismo fallo dos veces: falta deficiente.
Nos bajo del coche, sin decirnos nada. He de decir que yo no me había dado cuenta de que había asustado a ningún conductor, por ello aún tenía la posibilidad de aprobar. Me parecía extraño que no me hubiese hecho aparcar, por ello comenzaron las dudas. Fue quince minutos después cuando mi profesora (cuando el examinador ya se había ido) cuando me dio la noticia de que había suspendido.
Es una sensación de impotencia, de rabia, de odio hacia la persona que tan solo hizo su trabajo, y que vive de suspender a la gente incapaz de demostrar que saben. Y aunque para ellos no signifique nada un suspenso más, para la gente que los sufre, es una decepción más que se llevan en esta vida de locos…

1 comentario:

  1. Para eso existen las segundas oportunidades amigo...
    Tranquilo, sabes hacerlo, y puedes con ello.
    Te daré un abrazo pase lo que pase.

    Un saludo.

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