Quiéreme

Quiéreme, que el momento es ahora, que las cosas se demoran,destrozan, tu sonrisa se desboza, y mis ojos si lloran ya no lo harán de felicidad.
Quiéreme, que si queremos construir, construiremos. Que no soy perfecto, ni puedo pretenderlo, que mis errores tengo, y aunque no quiera, te los muestro, pero lo intento.
Quiéreme, valoremos el regalo que la vida nos dio sin esperarlo, dibujemos esos instantes que nos aten, nos muestren que tu mundo en mi mundo se hace grande.
Quiéreme, no quiero perderte, por como me cuidan tus ojos, me protegen tus brazos y me despiertan tus labios esas mañanas que a tu lado despierto acurrucado.
Quiéreme, porque te quiero, y quiero seguir difrutando de este sueño.

Que no se nos olvide nunca que esto es un regalo...

Que nada ni nadie nos quite jamás esa magia que creamos en cada momento que nos miramos, sonreímos y disfrutamos de la presencia del otro en nuestras vidas.

Que nunca nos acostumbremos a tanta felicidad, que no nos parezca normal porque podemos ser muchas cosas, pero la normalidad no es parte de lo que somos juntos.

Que lo convencional no arruine nuestra locura, que si queremos podemos conseguir eso que deseemos juntos, que la situación y la vida no nos corten nunca las alas para volar, y que a pesar del viento volemos siguiendo la estela que nuestras alas dejan al chocar.

No te olvides nunca, que llegaste de repente, y que cada día que pasa doy gracias por seguir teniéndote en mi vida.

Al despertar...

Despertarme y encontrar tu cuerpo junto al mio,
Tus brazos arropando mis sueños,
Tu corazón latiendo al ritmo de mi respiración,
Y tus labios diciéndome buenos días cariño.

No miento cuando digo que me gustaría despertar así a diario,
Que tus ojos iluminen cada nuevo dia tan solo al mirarnos,
Que tus labios sean mi desayuno, y que tus manos recorran mi cuerpo activando cada poro de mi piel.

No es tan solo despertar y ver a la persona que te cuidó toda la noche, es despertar y sentir que no hay mejor manera de hacerlo.

El mañana...

Si el mañana no existiera y si hoy repasase mi vida, llegaría a la conclusión de lo feliz que soy y he sido. He llorado tanto que cada lágrima me hizo más fuerte, cada barrera me llevó a encontrar otro camino, y cada vez que caía me levantaba con la sensación de que quejarme solo era parte de una situación que podía superar.

¿Y por qué quiero que exista el mañana? Por todo eso que aún no he vivido y está por descubrir, por la emoción de esos problemás que se que solucionaré, por lo que me queda por aprender y desaprender, por todas esas personas de las que aún debo disfrutar, y porque esta historia solo acaba de empezar, y no podría irme sin saber si el tiempo nos hará juntos soñar.

Al apagar la luz...

Se apaga la luz y el mundo queda reducido a esas cuatro paredes donde estamos tu y yo.
La pureza de tu piel desnuda bajo mi cuerpo, el tacto de esos besos que se dejan llevar por el momento. Tu boca, mi cuerpo, ese relámpago de armonía en el silencio. Tus labios rozando mis labios se entrelazan en un te quiero, me entrego a tus manos, a tus ojos y a ti entero. Mis palabras se quedan mudas en mis adentros, solo signos de placer brotan de cada poro que yo tengo. La esencia de la magia que desprenden nuestras almas unidas en un lecho.

Cuando estás conmigo...

Cuando estás conmigo,
Lo olvido todo.
Nada existe,
Solo Tú, Yo y ese silencio que lo inunda todo de amor.

Cuando estás conmigo,
Te abrazo fuerte,
Para que nunca se acabe la magia,
Que nos pertenece.

Cuando estás conmigo,
Cierro los ojos
Imaginando la misma escena,
Durante el tiempo que aún nos queda.

Cuando estás conmigo,
Sueño,
Con la próxima vez que al abrazarme,
Me hagas sentir eterno.

Soñando despierto

Estaba vistiéndome en mi habitación cuando apareciste, de repente, sin esperarte, detrás de mí. ¿Se puede?- dijiste con esa voz que desde el primer día me pone los pelos de punta. Me di la vuelta. Y comencé un estado de shock en el que aún continúo.

Abría la boca sin saber que decir, te abrazaba, te besaba. Te volvía mirar. ¿Era un sueño? ¿Era real? No podía dejar de mirarte, no me lo creía, estabas allí. Te tocaba, te abrazaba fuerte, te besaba. Te estaba sintiendo tan cerca y era real.

Te esperaba tres días después y estabas en mi cuarto, tan guapo, tan precioso, tan real. ¡Joder que momento!

No me salían las palabras, no paraba de abrazarte, soltarte, volver a abrazarte. ¿Pero cuando has venido?-te preguntaba.

Tú y tus sorpresas. Me encantas ¿Sabes? Y no quiero que nunca se pierda esa magia que tienes y que te hace tan especial.

Te Quiero. Gracias por hacer de mi vida un sueño.