lunes, 18 de mayo de 2009

Ya queda menos...

Quizá sea magia, quizá suerte, o quizá el tiempo que lo cambia todo de repente. Es el destino sin duda un arma misteriosa de la vida, que controla nuestro futuro cuando ni siquiera nosotros tenemos constancia de él. Nuestra vida es un caminar por el camino, sin conocer el terreno o las dificultades de nuestros pasos. Cuando todo va bien, no nos planteamos el dónde, el cuándo, y el porqué, somos felices sin saberlo, y dejamos pasar segundos maravillosos sin valorarlos, el hábito de la felicidad es la venda que no nos deja verla.
Sin embargo, todo cambia cuando la vida no te sonríe o aún no te ha sonreído, y deseas que pasen los días y olvides, o que pasen los días y pasen los malos momentos y que estos pasen lo mejor posible dentro del rango que nos permita el bienestar. Es entonces cuando piensas, en que te deparará el tiempo, en el qué pasará mañana y vives en constante alerta sintiendo cada segundo de tranquilidad y viendo el tiempo tan lento pasar cuando quieres viajar a las velocidades de las ondas electromagnéticas.
Y te da por pensar que está en tus manos tu futuro inmediato, que según como aproveches los últimos segundos del reloj así será tu recompensa, y ves como pierdes el tiempo, y ves como el tren de los momentos cada vez está más lejos. Y tienes miedo, porque no quieres ir una parada más allá porque quieres terminar, porque durante mucho tiempo has luchado por llegar, y no quieres al final del camino quedarte atrás. Y lo intentas e inviertes tu tiempo en mejorar, en intentar llegar al límite donde coges el tren o las puertas se te cierran en la cara, y sigues teniendo miedo, porque aunque parezca fácil, o ya hayas estado en ese instante de incertidumbre otros momentos, hasta que estos no pasan, no tienes el fiel convencimiento de que serás capaz de vencer.
Y como será el destino el causante de mi tristeza o alegría en unos días, creo que pensarlo demasiado no lleva a nada. Y ya son los últimos exámenes y no tengo ganas de más porque estoy cansado, y como la incertidumbre me carcome por dentro, y tengo malos pensamientos de fracaso, prefiero dejarlo aquí plasmado para que no ocurra aquello que no quiero. Y me siento estúpido al preocuparme por esto habiendo en el mundo tantas cosas tan importantes….Por ello concluyo sintiéndome mejor al contarlo… se acerca el verano…

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