miércoles, 7 de abril de 2010

Felicidad*


Hace tres años, lo más bonito que me dio la vida fuiste tú. La vida me despojó de un ángel para dejar a otro entre mis manos. Lo más fácil siempre ha sido amarte, es parte de mi naturaleza y poco a poco te fuiste haciendo parte de mi vida, haciéndola completa.

Es un sentimiento único el que me haces sentir y soy feliz al poder disfrutar de él cada día. Soy consciente de que no todo el mundo tiene la posibilidad de despertarse cada mañana y sentir algo tan grande, de saber que en ese mismo instante esa persona piensa en ti.

Mi mundo se hizo tuyo en el momento en que tu alma se quedó para siempre a mi lado en la cama. Nuestros corazones albergan en su interior la semilla que nos cautivó y que ha hecho que hoy por hoy te siga amando como el primer día.

Hemos aprendido tanto…
Aprendimos a echarnos de menos aún estando juntos, a sentirnos aún estando alejados, a hacernos el amor con solo mirarnos, a discutir y al segundo necesitarnos…
Aprendimos a hacer el camino nuestro aún siendo este complicado, a luchar por lo que amábamos, a apoyarnos, a desearnos.
Tantos momentos perfectos que guardo en mi recuerdo, tantos instantes en los que paramos el tiempo haciéndolo únicamente nuestro, tanto amor…

Y lo más bello es que sé que nos queda tanto por aprender juntos, tanto por compartir, tanto por amar que tengo claro que estos tres años no son nada comparados con la eternidad*

martes, 6 de abril de 2010

Mi decisión


Siempre he culpado a la sociedad de la situación que me ha tocado vivir, siempre he pensando que todo sería más fácil si ellos pensaran diferente, si todos fueran más tolerantes, pero hace poco descubrí que el primer obstáculo que me encuentro al querer volar, soy yo mismo.

-¿Quién eres?
- Soy aquel que te cohíbe en tus decisiones, el que no te deja mostrar lo que sientes. Soy la parte prudente de un todo que tiene miedo a ser quien es.
-¿Por qué te escondes tras una máscara?
- Porque nunca has querido verme, porque siempre has obviado mi presencia culpando al resto de lo que yo únicamente soy culpable.
- No entiendo…
- Es más fácil no entender, no tratar de hacerlo, eso has hecho siempre. Nunca has sabido enfrentarte al problema, siempre lo has bordeado.
- Qué sabrás tú de mí.
- Lo se todo. Se que buscas tus alas cuando ni siquiera te has percatado de que ya las tienes, pero no sabes usarlas porque tú y solo tú no quieres. Porque prefieres pensar que no las tienes, que aún te las tienen que dar, cuando eso no es así… como no salgas tú mismo volando, nadie será capaz de volar por ti.
- ¿Por qué me dices todo esto?
- Porque él me obliga.
- ¿Quién es él?

Aparece entre las sombras alguien más con una máscara tapando también su rostro
- Soy esa parte de ti a la cuál le encantaría ser libre, soy el lado valiente de un todo cobarde. Soy el momento de paz en un campo de batalla.
- ¿Por qué le obligas?
- Porque soy tan esclavo de la mentira como lo eres tú, porque tú eres el que decides y yo el que aconsejo, y porque estoy harto de que siempre mande la otra parte.
- ¿La otra parte? ¿A que te refieres?
- Quítanos la máscara.

Frente a mí, me encontraba yo mismo dividido en dos.

- ¿Y quién soy yo?
- Tú eres lo que eres a diario. Una suma donde los sumandos no tienen el mismo valor. Donde tiene más peso la parte cobarde, la que te hace pensar en posibles problemas cuando el mayor problema eres tú mismo.
Tu cobardía y tus miedos son tus grandes defectos. Nunca llegarás a ser el ángel que llevas dentro si vas por este camino. No culpes a los demás cuando ni siquiera tú te aceptas. ¿Cómo quieres ser capaz de volar si ni siquiera eres consciente de que tienes alas?
- Déjale, le digas lo que le digas no hará nada. No puede luchar contra mí. Sus miedos se intensifican en mi persona.
- ¿Por qué no puedo?
- Debilidad… no todo el mundo nace valiente, y no todo el mundo necesita usar esa valentía. Te ha tocado vivir así, ser así, está en ti mismo seguir viviendo culpando a los demás de tu situación, o intentar superar esa situación sobrevolándola. Es tu decisión.

martes, 23 de marzo de 2010

Me arrepentiré, Te arrepentirás


Cuando ya no haya primaveras de las que disfrutar,
Cuando no haya un sol al que admirar,
Cuando los pájaros ya no puedan cantar,
Cuando se acabe el mundo entonces querrás volar…

Cuando la mente nos nuble el sentido,
Cuando los recuerdos queden dormidos,
Cuando el cuerpo no podamos levantar,
Entonces, entonces querrás volar…

Te arrepentirás… Me arrepentiré…
De tantos segundos sin poder llegar a ser,
De tantos miedos que no me dejan ver,
De tantas inseguridades que no nos dejan querer,
Cuando sea demasiado tarde entonces me arrepentiré…

Porque cada día sin volar es un día más sin alcanzar la felicidad…
Y aunque lo sé, creo que nada puedo hacer, mis miedos me atormentan y soy tan débil… como el vaho que pasa desapercibido entre la niebla.

viernes, 19 de marzo de 2010

¿Día del Padre?

-¿Qué le vas a regalar?

- Le regalo la oportunidad de reflexionar sobre aquello que no está haciendo bien, aunque quizá por su escasez de sentimientos ni perciba que no lo voy a felicitar. Perdonen mi falta de sensibilidad, pero no entiendo la presencia de este día en nuestro calendario.
El buen padre debe ser elogiado cualquier día del año, no tiene porqué haber un día dedicado a él. En cambio, para aquellos que no disponemos de esa suerte, este día tan sólo nos trae malos recuerdos de lo mucho que nos quiere nuestro padre.

Es duro darse cuenta de esa conclusión, pero los actos hablan por sí solos. No somos más buenos al decir que lo somos, si no que lo somos cuando queremos serlo.

Cuando iba cumplir catorce o quince años mi padre me prometió que me iba a llevar a montar en caballo el día de mi cumpleaños. Cuando llegó el día me dijo que la semana siguiente, a la semana siguiente me dijo que haber si podía la siguiente, y a la siguiente me dijo que quizá el mes siguiente, el mes siguiente ya ni me molesté en pedirlo.
Con mi padre todo se queda en promesas, en un lo haré sin intentarlo, en un te quiero sin demostrarlo.

Lo más triste es que ni siquiera será capaz de pensar en si me acordaré de él. Se pensará que lo habré olvidado, pero yo no soy como él, yo no olvido mis raíces aunque se estén pudriendo en mala tierra.

Solo quería desahogarme, no es que necesite la figura de un padre, es que a veces la echo de menos, pero ya me he acostumbrado.

La Rosa Blanca se la he regalado a mi madre y no porque sea el día de la madre, sino porque ella sí que se la merece cualquier día del año*

domingo, 7 de marzo de 2010

Desenfreno

Noches de locura y ceguera ocasionadas por la incoherencia y la necesidad de querer aprovechar la noche haciéndola eterna. Sustancia incompatible a altas cantidades que hace que pierdas la percepción natural de las cosas que te rodean.

El flujo de sustancia a través de tu cuerpo te lleva a la desorientación de la situación. Y perder a veces ese grado de responsabilidad característico te hace disfrutar como un niño del momento, sin pensar en el qué vendrá después.

Según la reacción que tu cuerpo tenga con respecto a la sustancia al final podemos obtener distintos resultados. A veces una simple noche de juerga y otras dolores de cabeza e insatisfacción.

Disfruté en su momento de ese grado de desenfreno, pero no en el momento en el cuál percibí que quizá por ello la incomodidad se hubiese refugiado en otro cuerpo. Y más cuando era el del invitado…

Quizá porque le doy muchas vueltas a la cosas, o quizá porque me dan aún vueltas las cosas no se muy bien como sentirme, no se muy bien qué pensar…

sábado, 13 de febrero de 2010

Entre tus brazos...


Tan sutil y fogosamente como el primer día. Te deslizabas entre mis brazos haciéndome ver las maravillas de la vida. Sentía tus abrazos como fuente de vida. Me dejaba llevar por tus besos, por tus caricias…

Al rozarte mi cuerpo se estremecía. Veía el paraíso, la luz, la alegría. Cada sensación me conmovía. Locura, fuego y viento metido entre mis sábanas, mi vida.

El aire al respirar me parecía, como dulce sabor a fresa, a delicias. La estancia impregnada por tu presencia me llevaba al universo infinito, al tiempo eterno compartido de dos.

Dulce y sereno, tu cuerpo sobre mi cuerpo, como el sol haciéndose invisible del mundo cada noche, entre las sábanas de mi cuarto, el amor entre palmeras de ensueño y arena de playa hacíamos en silencio, donde el mundo es nuestro.

Capaces de parar el tiempo… entre tus brazos…

lunes, 1 de febrero de 2010

¿Envidia?

Admiro a esas personas capaces de soltar al aire su libertad, a aquellos que hacen frente a la mediocridad de las personas enfermas en sentimientos, aquellos que han sido capaces de plantarle cara a un sociedad tribal llena de prejuicios y habladurías...

Quisiera aprender a mirar por mi propia felicidad pero aún no me han enseñado...

Nunca he sentido la necesidad de plantarle cara al mundo hasta que me pregunto ¿Por qué yo no puedo?

Quizá sean detalles secundarios, los cuales envidio, porque aquellos que los tienen siempre son incapaces de valorarlos y los ven como simples gestos cotidianos...

Envidio la valentía de tanta gente que es capaz de volar y dejar en tierra a tantos cuerpos que se pudren del veneno que llevan dentro...

Es injusto que mi camino sea más complicado... pero si yo no soy capaz de afrontarlo cómo pienso ser capaz de volar alto...

Sueño para no perder la esperanza de algún día poder recuperar mis alas y volar, por ahora despierto cada mañana con la sensación de abrir el telón y dar cada día la mejor de mis actuaciones...