miércoles, 24 de diciembre de 2008

La Magia de la Navidad...

Año tras año vuelve con nosotros la Navidad, unos días mágicos de felicidad, de luces, de fiesta, de familia, de amigos, de alegría, de sonrisas, de turrón, de mazapán, de belenes, de árboles y de ángeles que bajan a la tierra para ser vistos.
Estas fechas pueden ser las mejores o las peores de la vida de cualquier humano, porque en estas fechas además de todos los sentimientos y sensaciones escritos anteriormente, nace la nostalgia, el recuerdo, y las imágenes de otros años de personas y seres queridos que ya no están.
Y es hoy día importante para recordar, pero no con la tristeza de los ojos que aún lloran cuando el recuerdo vuelve a ellos, sino del alma que se siente protegida por aquella que hoy está en el cielo. Y allí está mi abuelo.
Aunque ya pasaron dos años desde aquel día 17 de Diciembre, aún hoy el recuerdo está tan vivo de sus ojos, su sonrisa, su valentía y su alegría que ni el tiempo, ni los problemas ni nuevas sensaciones han sido capaces de acabar o de hacer olvidar la pena tan grande que todos tenemos al recordar.
Por estos días, hace unos cuantos años, yo crecía lleno de ilusión, ahogado de regalos, en una familia normal, en una vida normal que cualquier niño hubiera deseado. Y yo pensaba y sigo pensando, en los pobres niños que no pueden disfrutar de estos días, porque la crueldad del sufrimiento se ha cebado con ellos. También pensaba en sus madres, en los enfermos, en los sin techo, y en tantas personas que no son envueltas con la magia de la navidad.
Y pensaba también, que no está en tener o en poseer grandes cosas, la magia está en las personas que a tu alrededor te quieren, te adoran, te protegen y te llevan por el camino de la felicidad.
Por ello, la navidad no es recibir, sino dar, dar a los demás aquello que tanto te gustaría que te dieran a ti. Intentar hacer del mundo un lugar mejor donde vivir, porque es nuestro corazón la mejor arma para hacer cambiar a aquellas mentes arrogantes, engreídas y superficiales que juegan a ser amos del mundo. Hagámosles cambiar, que la felicidad, la tolerancia, la igualdad sean propósitos que cumplir en esta Navidad.
Aquel ángel que hoy recuerdo me hizo ver que la felicidad está en el corazón de los demás y que sólo la encontrarás haciendo feliz a aquel con quién estás, aquel ángel lo consiguió. Nosotros, también podemos conseguirlo…

¡Feliz Navidad!

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