Fugaz como la estrella a la que le pedí el deseo de conocerte,
Efímero como el beso que unió nuestros labios nada más vernos,
Eterno como el recuerdo de tus ojos, las luces, Madrid y el te quiero que dejaste caer al despedirte de nuevo.
Deseaba parar el tiempo,
Mirarte a los ojos y comerte a besos,
Rozarte despacio y en silencio,
Vivir el instante que te tengo.
Un adiós, un hasta luego,
Un camino, horizonte inmenso.
Tu vida, mi vida, nuestro juego.
No quiero que acabe nunca este sueño.
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